domingo, 9 de abril de 2017

Biografía de Manuela Portocarrero y Erazo (Mi bisabuela materno - Paterna)

Reseña biográfica de Manuela Portocarrero y Erazo (Mi bisabuela materno-Paterna)

Manuela fue melliza junto con Carmen y fueron las mayores de tres hermanas. Hija del Capitán José Portocarrero y de doña Luisa Erazo. Nació en 1844 en Izcuandé, Nariño, Colombia, en una acaudalada familia de esa región, pero se crió en Barbacoas, en ese entonces ambos sitios pertenecían al Departamento del Cauca, pero muchos años después, en 1910, pasaron a formar parte del recién creado Departamento de Nariño.

En aquella época las mujeres no eran enviadas a las escuelas, pero ella junto con sus hermanas Carmen y Brigida recibieron una excelente formación de profesores particulares , quienes les enseñaron historia, geografía y matemáticas, así como buenos modales y etiqueta.

Durante su niñez y adolescencia se relacionó con las familias de la más alta sociedad de toda la región, tanto del Departamento de Cauca en Colombia, como de la Provincia de Esmeraldas en el Ecuador.

Cuando tenía 10 años de edad, sus padres la llevaron a ella y a Carmen a una linda fiesta de bodas en Tumaco, organizada por la familia Gutiérrrez de Caviedes Sevillano; su hija Alegría contraía matrimonio con el profesor José Buenaventura Plaza Centeno, miembro de una distinguida familia de Charapotó, Manabí, Ecuador, pero no con mucho dinero. Cuentan que en un determinado momento durante la fiesta, las inquietas mellizas Manuela y Carmen se acercaron a Alegría y le preguntaron qué debían hacer para tener un matrimonio como el de ella. Alegría que era una mujer sumamente bella, alta, elegante y muy culta, se inclinó y tomándolas del mentón les respondió: "Ambas son muy hermosas,  solamente deben esforzarse por ser unas verdaderas damas y sus príncipes aparecerán".

En aquella ocasión en esa fiesta de bodas, lejos estaban de imaginar ambas mujeres, Alegría Gutiérrez y Manuela Portocarrero, que sus respectivos hijos se enfrentarían como enemigos en una guerra civil muchos años después, luchando en bandos contrarios; Leónidas Plaza Gutiérrrez de Caviedes, como presidente y General del ejercito Ecuatoriano, y Hermógenes Cortés Portocarrero como parte del ejercito de Flavio y Eloy Alfaro en Huigra, Naranjito y Yaguachi en 1912.

Parece ser que tanto Manuela como Carmen siguieron fielmente ese consejo recibido de Alegría Gutierrez de Caviedes ya que pocos años después, sus sueños se hicieron  realidad al formar hogares con hombres ricos e importantes. Manuela se casó con el Coronel José Hermógenes Cortés Méndez, de una distinguida familia de Barbacoas y de Esmeraldas. El tenía 31 años de edad y ella 19 cuando empezaron su realción. Y Carmen se casó con don Miguel María Palacios Lovatón, quien se había quedado viudo muy joven.  

Carmen fue una mujer muy fecunda y pronto quedó embarazada. Llegó a tener nueve hijos en pocos años. Pero Manuela no quedó embarazada sino hasta algunos años después. Esto permitió que ella pasara largas temporadas en las distintas haciendas de la familia, relacionándose con los sirvientes, a quienes trataba con gran consideración, lo que hizo que le tomaran gran aprecio. Habían pasado más de 30 años desde que el Presidente Urbina Viteri había abolido la esclavitud en el Ecuador,  pero algunos de los sirvientes de la familia, quienes habían nacido en esa condición, continuaban sirviendo y trabajando en las propiedades de la familia Cortés y se consideraban parte de la familia.

Nota: En esa época los sirvientes negros eran registrados como parte de las familias de los hacendados. En 1875 se hizo un censo en el Ecuador y muchos de ellos figuraban en las listas de las familias importantes. Luego en 1902 el presidente Eloy Alfaro creo el Registro Civil y fue entonces cuando muchos sirvientes negros adoptaron los apellidos de sus patronos, de esta forma se propagaron los apellidos Cortés, Portocarrero, Estupiñán, Quiñonez y otros entre esa raza. También hubo aquellos que decidieron conservar sus linajes Africanos y es por esto que existen los apellidos Kangá, Matamba, Corozo, Carabalí, entre otros.

Nota histórica de Colombia.
En los años de 1850-1860 la esclavitud es abolida oficialmente y las élites españolas que residían en la zona de Izcuandé, Barbacoas y Tumaco pierden poder, esto condujo a una gran emigración de gran parte de estas a las ciudades como Popayán, Cali y Pasto. Las familias que se quedaron tuvieron que desplazar las actividades de minería (administración) hacia otras como la agricultura, la pesca y la construcción naval (esta última continuó por tradición familiar y mutó), además empezaron a tener un contacto más claro con la población de color en el territorio que permitió una "simbiosis" e intercambio cultural. La raza blanca ahora "adoptan términos de origen africano, fabrican y tocan marimbas, bailan currulao, cantan arrullos y hacen cocadas", es una "raza blanca que parece negra", un proceso único y peculiar en toda la colonia española.

En investigaciones detalladas de Stella Rodríguez con relación a los “culimochos” (blancos que parecen negros), da a conocer en dos instantes apellidos de familias de las élites españolas: " ...algunas eran familias de apellidos Portocarrero, Estupiñán, Reina, Satizabal, Olalla, propietarios de minas, funcionarios estatales, oficiales de Hacienda, sacerdotes y comerciantes...entonces, su encierro explica la repetición de los apellidos que portan: Estupiñán, Salas, Satizábal, Paredes, Ibarra, Reina y Salas, entre otros"

Dos miembros ilustres de esta rama de la familia (no se sabe con exactitud la conexión, pero se supone por los reducidos números de familias con el apellido, actividades en las mismas regiones y congruencias como el recibir y portar nombres semejantes entre ellos),  son enunciados repetidamente en documentos civiles pertenecientes a las regiones del Cauca y de Nariño. (Blog de historia familiar y Genealogía de Colombia).

Con el matrimonio del Coronel José Hermógenes Cortés Méndez y el de don Miguel Maria Palacios Lovaton con dos mujeres de la familia Portocarrero de Izcuandé, algunos miembros de la familia Portocarrero, Estupiñán y Reina, se trasladaron a la ciudad de Esmeraldas en Ecuador.

Tanto don Miguel María Palacios Lovatón, como José Hermógenes Cortés Méndez, construyeron hermosas casas en sus haciendas principales en Esmeraldas, las cuales no solamente tenían una linda arquitectura, sino que además estaban lujosamente decoradas y tenían finos acabados de madera de diferentes tipos, muchos de esos objetos fueron traídos de Europa.

Manuela logró quedar embarazada algunos años después de haber contraído matrimonio. Tuvo a su primera hija Orfilia en 1875, no fue una niña completamente saludable. En 1878 tuvo un hijo varón al que llamaron Pedro, pero falleció pocos meses después el 02 de noviembre de ese mismo año y fue sepultado en el panteón de Ostiones (Ver partidas de defunciones de los años 1866 a 1897 de la Parroquia San Mateo de la ciudad de esmeraldas). En 1881 nació Auraleida.

El año 1883 estuvo marcado por la tragedia, pero también por la fortuna. Su esposo murió en batalla el 06 de Enero al apoyar la recién iniciada revolución de Alfaro en la que se conoce como “La batalla de la isla” y cuatro meses después Manuela dio a luz un hijo varón al que le puso el mismo nombre de su padre. Su esposo hubiera estado muy feliz, ya que él siempre deseo un hijo varón que perpetuara el apellido, aunque su medio hermano Roque Cortéz Ramos ya había tenido un hijo varón al que le puso por nombre Telemaco. El a la postre sería el único miembro de la familia por medio del cual continuó el apellido Cortés.

El nacimiento de José Hermógenes trajo gran paz al atribulado corazón de Manuela,  ya que él fue muy parecido físicamente a su padre.

Manuela contrajo matrimonio dos años después de quedarse viuda, con el señor Federico Enrique Estupiñán Realpe, nacido en Izcuandé, Colombia, el 22 de Mayo de 1858, hijo de Raymundo Estupiñán Ospina (pariente de su ex esposo) y de la señora Rosa Realpe Reina. Federico era catorce años menor que ella. Cuando contrajeron matrimonio el 22 de Mayo de 1885, ella tenía 41 años y él 27 años. Este matrimonio fue muy criticado por sus conocidos, debido a las diferencias de edad que existía entre ellos, pero fue muy conveniente en cierto sentido, ya que las propiedades de ambas familias permanecieron dentro del patrimonio familiar. Manuela fue muy sensata al tomar esta decisión, ella necesitaba un esposo joven, fuerte y serio, que le ayudara a administrar sus propiedades que eran muchas.

Ellos no tuvieron descendencia y siendo Federico un hombre joven, tuvo algunas mujeres y muchos hijos. (La genealogía de él y de su posteridad, se encuentra registrada en un libro titulado "los Estupiñán en el Ecuador", escrito por Julio Estupiñán Tello).

Durante la segunda mitad del siglo XIX Ecuador había tenido varios auges en la producción cacaotera y muchos hacendados de la provincia de Esmeraldas, así como de otras provincias de la costa se hicieron muy ricos. Sin embargo, la década de 1890 tuvo el incremento en la producción de cacao más importante, lo que inició el boom cacaotero de manera formal. El número de quintales producidos pasó de 372.433 a 578.626 entre 1890 y 1899. Las haciendas de la familia Estupiñán Cortés se encontraban entre las grandes productoras de cacao de esa época.

Federico crió a Hermógenes como si fuera su hijo, pues además era su pariente. Aparentemente él y Manuela no tuvieron hijos, por lo menos no se ha encontrado ningún registro que indique lo contrario y en dos genealogías realizadas por diferentes personas de Ecuador, se indica que no tuvieron descendencia.

El General Eloy Alfaro no se olvidó de Manuela, ni de ninguna de las viudas de los caídos en combate, de manera que siendo ya presidente en 1895, decretó una ley estipulando una ayuda económica de una suma significativa de por vida para todas ellas.

Manuela fue una dama respetada y apreciada por sus familiares, parientes y amigos. Falleció en Esmeraldas en 1903 a la edad de cincuenta y nueve años, cuando su hija Auraleida tenía 22 años y su hijo José Hermógenes tenia 20 años, esto ocurrió pocos meses después de que ambos se trasladaran a estudiar a la ciudad de Quito.

Autor de la biografía: Ing. Jairo H. Díaz Cortéz (diazjh58@hotmail.com).

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