domingo, 9 de abril de 2017

Biografía del Coronel José Hermógenes Cortés Méndez (Mi bisabuelo materno-paterno).

Reseña biográfica del  Coronel José Hermógenes Cortés Méndez (Mi bisabuelo materno- paterno).

Hijo del Capitán José Cortés (1814- 1880) y de la señora Rosario Méndez (1819-1867). Fue el segundo de dos hermanos habidos en este primer matrimonio, su hermana mayor fue Domitila nacida en 1858. Al quedar viudo su padre, contrajo matrimonio en segundas nupcias con la señora Barbara Ramos (1840-1884), con la cual tuvo dos hijos más, Adriana (1870) y Roque (1873).

Nació en Rio Verde, Esmeraldas, Ecuador en 1830, cuando el Ecuador se había convertido ya en República separándose de la Gran Colombia. Eran días de cambios y se había redactado en Riobamba la primera constitución política. Hubo varios problemas económicos, las tropas del ejercito no tenían pagos por lo cual algunos batallones se sublevaron. Su padre se encontraba temporalmente cumpliendo una misión en Guayaquil, pero tanto su padre como su madre eran de Barbacoas, Provincia de Nariño, actual Colombia.

Se crió y se educó en Esmeraldas, Ecuador y mantuvo relaciones cercanas con importantes familias de Tumaco y de Barbacoas en Colombia. Cuando fue adulto sus padres lo enviaron a educarse en Quito, donde se unió al ejercito Ecuatoriano llegando a ocupar el grado de Coronel. Administró con éxito las haciendas de su padre, las cuales producían gran cantidad de cacao, tagua, palo de balsa, madera de todo tipo y poseían una inmensa ganadería. Junto a su amigo Miguel Segundo María Palacios Lovatón establecieron prósperos negocios exportando cacao y tagua.

Contrajo matrimonio a mediados de 1870 con la distinguida dama doña Manuela Portocarrero y Erazo, nacida en Izcuandé, Nariño, Colombia, con la cual tuvo cautro  hijos, Orfilia (1875), Pedro (1878), que falleció siendo un párvulo,  Auraleida (1880) y José Hermógenes (1883).

El Coronel José Hermógenes Cortés Mendéz murió en batalla el 06 de Enero de 1883, apoyando la recién iniciada revolución de Eloy Alfaro, dejando a su esposa viuda con dos hijas pequeñas y embarazada de un varoncito quien nació cuatro meses después y al que ella le puso el mismo nombre de su difunto esposo.

Detalles históricos. 

En 1882 Eloy Alfaro decide revelarse contra la tiranía del  presidente Ignacio de Veintimilla y después de lograr apoyo total en Manabí, viaja a finales de 1882 a Esmeraldas a reunirse con líderes militares de esa Región. Para esa fecha él ya empezaba a convertirse en una figura emblemática. Tenía 40 años de edad, poseía una personalidad carismática, era un hombre educado  y se había hecho muy rico con negocios que logró establecer durante los años que estuvo exiliado en Panamá. En Esmeraldas se reunió con el Coronel José Hermógenes Cortés Méndez, con don Miguel María Palaciós Lovatón y con Uladislao Concha Piedrahita, tres de los hombres más prósperos e influyentes de esa región, quienes imbuidos por los ideales de libertad y justicia que habían absorbido durante sus varios viajes a Europa; creyendo firmemente en los ideales de Alfaro y en su causa, sobretodo la independencia del Estado de la Iglesia Católica, pusieron inmediatamente sus tropas a su disposición. Ninguno de los dos tenía aspiraciones políticas, ni experiencias militares en guerra, pero amaban su patria y la idea de participar en una revolución liberal los entusiásmo, pues aspiraban lograr cierto prestigio, posición histórica y sobretodo liberar al Ecuador de la tirania. 

Don Miguel María Palacios Lovatón estaba tan convencido de que la causa de Alfaro era justa, que no sólo se unió él a sus filas, sino que le permitió participar en esa lucha a su hijo mayor Rafael, quien tan solo tenía 20 años de edad, causando gran angustia a su esposa Carmen Portocarrero y Erazo (Hermana de Manuela, la esposa de Hermógenes Cortés Méndez).Lo mismo hizo Uladislao Concha con sus hijos, quienes también tomaron parte activa en la revolución, perdiendo a su hijo Clemente en una de las priemras batallas ese año y quien habia regresado recientemente de estudiar en  Europa. 

Los primeros días de Enero de 1883, en la que se ha llamado "la batalla de la isla" por haber ocurrido cerca de una de las islas frente a Esmeraldas, tal vez la Isla Júpiter, la flota de los insurgentes se enfrentó en una batalla campal con la flota de la armada militar enviada por el presidente Ignacio de Veintimilla. 

En el diario de Eloy Alfaro se lee lo siguiente: "El día 6 de Enero de 1883, avanzaron nuestras fuerzas y a penas vinieron contra el enemigo emprendieron resueltamente el combate. Fue terrible el choque. El enemigo quedó aterrorizado y despedazado. Los jefes Hermógenes Cortés, José Proaño y el Capitán N. Ramírez perecieron, entre otros, en defensa de nuestra gran causa. El Coronel Franco y los Capitanes Cela y Carrillo salieron heridos. Nuestras bajas en total llegaron a 39. Todos los patriotas, sin excepciones, dieron pruebas de valor e intrepidez".

Aquella tarde Eloy Alfaro y su ejercito entraron triunfantes en Esmeraldas , cuyos habitantes los recibieron con jubilo, pero  pronto la alegría se convirtió en tristeza cuando se enteraron de que entre los caídos en combate se encontraban el Coronel Hermógenes Cortés, el Coronel José Proaño y el Capitán N. Ramírez, así como otros 36 hombres, la mayoría de ellos Esmeraldeños.

Tanto don Miguel Palacios Lovatón como su hijo Rafael Palacios Portocarrero,  salieron ilesos de esa batalla.

Se dispuso una capilla ardiente en el salón principal de la Municipalidad para velar los cuerpos de los Coroneles Cortés y Proaño. Eloy Alfaro presentó sus condolencias a las viudas y añadió que ellos habían ofrendado sus vidas valientemente;  doña Manuela Portocarrero viuda de Cortés le contestó que confiaba en que sus muertes no hayan sido en vano. Alfaro se conmovió ante la dignidad y estoicismo de esta distinguida dama, quien además se encontraba en avanzado estado de gravidez.

Esa noche durante el velorio los negros cantaban un triste estribillo que dice así:

" Ha muerto el patrón Cortés, ha muerto el patrón Proaño;
Prendamosles otra vela, porque se mostrará este mismo año,
que sus muertes no han sido en vano dijo el patrón Alfaro, 
a misia doña Manuela"

En aquella época todavía no existía la radio, pero gracias al telégrafo eléctrico,  la noticia de sus muertes se propagó rápidamente por toda la provincia de Esmeraldas y el Departamento de Nariño en Colombia. Esa noche y la mañana siguiente llegaron a la ciudad de Esmeraldas varias embarcaciones con cientos de personas venidas de Barbacoas, Izcuandé y Tumaco, sitios donde las familias Palacios, Cortés, Portocarrero y Erazo eran muy apreciados. Don Miguel María Palacios Lovatón, concuñado del Coronel Hermógenes Cortés, siendo un hombre muy rico, financió la movilización de muchas de estas embarcaciones, a fin de que sus parientes y amigos pudieran asistir al funeral y se aseguró de que su gran amigo tuviera un funeral digno de un caballero.

Alfaro se quedó muy impresionado con estas muestras de aprecio por los caídos en combate. Cientos de Colonos Manabitas y Esmerladeños, así como un gran número de negros, motivados por la muerte de aquellos hombres a quienes admiraban y respetaban, se ofrecieron para unirse a su lucha. Ese día Alfaro supo con certeza que la revolución que había iniciado no podría detenerse.

Un grupo de personas pretendió asaltar la cárcel donde se encontraban detenidos algunos soldados del gobierno, quienes habían sido tomados prisioneros después de la refriega, con la intención de lincharlos, pero Alfaro lo impidió, mostrando respeto por los prisioneros.

Era época de invierno y  el funeral se llevó a cabo el 8 de Enero bajo una intensa lluvia y un calor sofocante. A pesar del inclemente clima y de su avanzado estado de embarazo, mi bisabuela Manuela decidió unirse al numeroso grupo de gente en una larga caminata hasta el Campo Santo, llevando a sus pequeñas hijas Orfilia y Auraleida. Esto a la postre fue un grave error, pues su pequeña hija Orfilia, que tenía ocho años de edad y que no gozaba de buena salud, contrajo pulmonía y  falleció 16 días después y se extendió entre los negros sirvientes de la familia la creencia de que el Coronel se había llevado a su primogénita.

Creo no equivocarme al pensar que con la muerte de aquellos hombres Esmeraldeños, surgió un caudillo que cambiaría la historia del Ecuador. Después de aquel triunfo Alfaro fue proclamado jefe supremo de Manabí y Esmeraldas y organizó un ejercito que derrotó al dictador, cuyo último reducto, la ciudad de Guayaquil, cayó cinco meses después, el 9 de Julio de 1883.

Tras el triunfo "restaurador", como se llamó al movimiento coligado en contra de Veintemilla, una Asamblea Constituyente eligió como presidente a José María Plácido Caamaño y no a Eloy Alfaro. De modo que el estribillo cantado por los negros en el velorio de mi bisabuelo no se cumplió. Por lo menos no en ese año. Tuvieron que pasar 12 años más para que el General Eloy Alfaro llegara a ser presidente del Ecuador en 1895.

El coronel José Hermógenes Cortés Méndez fue un hombre de estatura mediana, de tez blanca y cabello castaño obscuro. De facciones finas y porte elegante, pero de carácter fuerte. Tuvo una buena educación porque formó parte de una familia adinerada. Al morir tenía 53 años de edad y de no haber sido por su muerte prematura, hubiera llegado a ser un prospero comerciante y ciudadano distinguido en toda esa comarca.

Autor de la biografía: Ing. Jairo H. Díaz Cortéz (e-Mail: diazjh58@hotmail.com).





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