Reseña biográfica de RAFAEL PALACIOS PORTOCARRERO (Primo hermano de mi abuelo Hermógenes Cortés Potocarrero).
MILITAR.- Nació en Esmeraldas el 4 de Enero de 1863. Hijo legítimo de Miguel María Palacios Lobatón, rico comerciante natural de Barbacoas, socio de Rafael Valdes Cervantes y después Albacea testamentario de Uladislao Concha Piedrahita; y de su segunda esposa Carmen Portocarrero Erazo, nacida en Barbacoas.
El mayor de una extensa familia compuesta de nueve hermanos. Fue enviado a estudiar a Quito y luego viajó a los Estados Unidos a seguir la secundaria, pero en Noviembre de 1882 estaba de regreso en Esmeraldas y acompañó a Alfaro y a Vargas Torres como Ayudante de Campo de este ultimo, en la campana militar que emprendieron contra la dictadura del general Ignacio de Veintemilla.
El 7 de Febrero de 1883 se ausentó a Cuenca, que ya había plegado a los Restauradores, arribó el 2 de Marzo, fue asignado como Capitán del Regimiento Sucre y el 7 de Abril promocionado a Capitán del segundo escuadrón de la misma unidad. Luego bajó a la costa y combatió en las Lomitas, en el paso del estero Salado y entró el 9 de Julio en Guayaquil.
Tres días después fue ascendido a Sargento Mayor y permaneció con ese grado en Guayaquil hasta fines de año.
En Enero de 1884 pasó a ser Ayudante del General Alfaro al declararse la revolución liberal en Manabí, intervino en el combate infructuoso de Portoviejo donde recibió dos heridas leves, una en el brazo izquierdo y otra en la rodilla el 1o. De Diciembre y logró retirarse con el grueso de la tropa liberal a Charapotó, donde siguieron combatiendo hacia el norte hasta Febrero del 85 y tras desocupar Esmeraldas se internó en las propiedades de su padre en San Rafael y Tonzupa a las orillas del mar cerca de Atacames, vivió escondido varios meses.
A principios del 86 marchó a Lima a engrosar el numero de exilados políticos. Vargas Torres le designó nuevamente su Ayudante con el título de Capitán y lo llevó consigo en la invasión de la provincia de Loja, guarnecida por las tropas caamañistas del General Antonio Vega Muñoz, quien se situó en Celica para impedirle el paso; entonces compuso su poesía "Allá vamos" por encargo de su Jefe, cuya primera estrofa dice así: "Allá vamos, si libres ser queremos, / Volemos al combate, a la pelea; / con sangre la victoria compraremos / que es bello derramarla por la idea!..."
Vargas Torres dio un rodeo, asalto y tomó Loja el 2 de Diciembre. Entonces Vega contramarchó a esa capital y entró en ella el 7 tras intensos tiroteos, arrollando a los liberales cuyos jefes principales cayeron prisioneros, entre ellos Palacios.
Llevados a Cuenca se les sometió a un Consejo verbal de Guerra y fueron condenados a muerte; apelaron y el 4 de Enero de 1887 les fue conmutada la pena capital a Palacios y a otros 27 compañeros por la de reclusión mayor extraordinaria en el Panóptico y tuvo que presenciar el inicuo fusilamiento de su jefe Vargas Torres.
Dos años permaneció detenido en Quito, compuso su poesía "A un pajarito", pues siempre tuvo una gran facilidad para versificar, cuya primera estrofa dice así: "/Detén pajarito el vuelo / ven y acércate a mi reja / a escuchar la triste queja / de mi triste corazón / tal vez el rumbo que llevas / te dirige a la morada / donde esta mi madre amada / por mí, alzando su oración...//"
Mas, en Octubre de 1888 gracias al indulto general que dictó el nuevo Presidente Dr. Antonio Flores Jijón, pudo recobrar su libertad, regresar a Esmeraldas y empezó a colaborar en periódicos de Tumaco, Bahía, Guayaquil y luego en Esmeraldas. Fue dueño de las columnas "Mundial" y "Puntos de vista". Gran lector, sobre todo de Barbusse, Baroja y Darwin; dotado de una prodigiosa memoria, logró establecer una justa separación entre la moral y la religión, llegando a considerar que el sentimiento religioso puede no influir en lo absoluto en la moralidad. Recitaba poesías completas de Julio Arboleda, de Cesar Conto y de Epifanio Mejía entre otros; le apasionaba la literatura, los estudios sociales, teológicos y geográficos. Fue autor de los extensos poemas Mis Credos, Interrogaciones, Amor, Fraternidad y Justicia: Viernes Santo, Transformación, Vida, Luzbel habla y de un acróstico a Julia Elena Valdes.
Hacia 1894 se casó con Guillermina Franco Castro, hija del General Manuel Antonio Franco Vera y tuvo sucesión. El 23 de Abril de 1895 formó parte de un complot en Esmeraldas a favor del partido liberal y a ordenes de Carlos Concha Torres, a quien proclamaron Jefe Superior y Civil de esa provincia. De allí en adelante pasó a combatir con Francisco Hipólito Moncayo a Manabí y después de la revolución del 5 de Junio en Guayaquil, siguió al puerto principal y fue designado Ayudante del General Eloy Alfaro. Con tal calidad peleó en la batalla de Gatazo entre el 14 y el 15 de Agosto y estuvo entre los vencedores en Quito.
En Enero de 1896 fue designado Comandante de Armas de Esmeraldas y primer Jefe de la Columna Sucre. Desde Noviembre de 1896 hasta Agosto de 1901 actuó como Edecán del Presidente Alfaro y divorciado en Quito, contrajo segundas nupcias con Judith Cevallos, Profesora normalista graduada en Quito, luego Directora de la Escuela de Niñas "Esmeraldas" fundada en 1898, con extensa sucesión, entre la que descolló su hija la escultora Carmita Palacios Cevallos, esposa del escritor Pablo Palacio, con hijos.
En 1901 asistió como Diputado por Esmeraldas al Congreso Nacional y actuó durante un mes en la Intendencia General de Policía de Guayaquil. Entre 1902 y 1906 fue Jefe en Comisión de la plaza de Esmeraldas y habiéndose producido la revolución de Riobamba que llevó a Alfaro nuevamente a la presidencia de la Republica, se alejó de toda actividad política.
"En Enero de 1912 y con el grado de Coronel. Fue Jefe de la Dirección de Servicios Técnicos del Estado Mayor del ejercito de la sierra, participó en los combates de Naranjito y de Yaguachi como Secretario informante del General Leonidas Plaza y de Febrero a Abril ascendió a la secretaría de la Comandancia en Jefe del Ejercito. En Enero del 13 Plaza lo hizo segundo Comandante del Batallón de Reserva 64 y habiéndose iniciado la revolución conchista plegó a las fuerzas del gobierno de Plaza y estuvo desde el 9 de Diciembre de 1912 con las tropas del General Manuel Velasco Polanco, que al conocer el desastre militar en el sitio el Guayabo se retiraron en desorden a Esmeraldas, pero extraviado el rumbo tuvieron que rendirse en el sitio de Chinca. De allí sali6 la siguiente coplilla, que revela cual fue la situación: // Del pobre Constitución / que terminó en el Guayabo / no quedó ni un sólo Cabo / pa' que cante esta canción //
Palacios se encontraba muy enfermo y fue enviado por su pariente Carlos Concha a la casa de la hacienda La Propicia para que Dña. Delfina Torres de Concha le atendiera personalmente. Ya curado, le pusieron inmediatamente en libertad.
"A principios de 1915 los revolucionarios incendiaron en Tonzupa su biblioteca y luego la machetearon y la arrojaron al mar" salvándose Palacios casi de milagro, pues al ultimo momento pudo fugar a la selva. La biblioteca era muy hermosa y completa, sobre todo en autores románticos, científicos y literarios.
Luego que llegó la paz a la provincia, siguió cultivando la tierra de sus antepasados hasta que en la madrugada del 29 de Diciembre de 1923 apoyó la revolución de Roberto Luis Cervantes para conseguir la descentralización de los fondos de la provincia ordenada por el gobierno del Dr. Isidro Ayora, así como la inclusión de un paquete de obras publicas a favor de la población de Esmeraldas, entre las cuales se contempló la previsión de agua potable y luz eléctrica.
En la década de los años 20 al 30 y al influjo de algunos tratadistas europeos, especialmente rusos, sus ideas se fueron tornando socialistas. Por entonces su esposa quizo regresar a Quito con el fin de proporcionarle a los hijos una mejor y más variada educación. El Coronel accedió y para sostenerlos en la capital empezó a contraer deudas y como siempre había sido de carácter estoico, se tornó filósofo y aprendió a vivir solo.
En 1928 empezó a enviar colaboraciones al diario "El Correo" de Gustavo Becerra.
"Fue esencialmente un hombre de cultura, siempre preocupado por los problemas múltiples y complejos de la cultura y por eso le fueron familiares las ideas de los pensadores de todos los tiempos. Era muy grato conversar con él, pues gracias a su memoria había logrado reunir un acervo bastísimo de conocimientos. Con Leonidas M. Drouet fue uno de los periodistas esmeraldeños que trató de hacer de la prensa una verdadera cátedra de civismo y patriotismo, a través de sus columnas y de las notas editoriales de mas de un periódico local. Creía en la libertad, en la democracia y en la justicia como medios para la realización del derecho y lograr la felicidad de los hombres. Practicaba la tolerancia y fue enemigo encarnizado del fanatismo. Optimista y de alegría limpia. Tuvo un espíritu hondo y lleno de bellas inquietudes; enfermo de humanidad, comprensivo y generoso, llegando a la prodigalidad con todos, al punto que los libros que comenzó a comprar después de la destrucción de su fina biblioteca, al terminar de leer los prestaba a sus amigos, con la finalidad de que los conocimientos circularan para bien del medio Esmeraldeño.
Lamentablemente nunca tomó en serio la literatura y por eso sus versos, que en él salían claros, espontáneos, profusos y de alto mérito por su calidad estética, no fueron jamás pulidos y contienen numerosas imperfecciones, a la par de una suave emoción y una delicadeza de temblor de lágrimas".
Como anécdota curiosa se cuenta que cuando su hija Carmita salió elegida Reina de la belleza de Quito, uno de sus admiradores fue el novelista Humberto Salvador, quien para ganarse la confianza del Coronel, le envió de la capital, su obra "En la ciudad he perdido una novela" con gran dedicatoria y todo lo demás; pero don Rafael, fiel a su costumbre de leer y entregar a sus amigos para que ellos también aprovechen, tomó el libro y se lo dio al joven Nelsón Estupinán Bass, con la consigna de que lo hiciera circular, y como estaba dedicado, mucha gente de Esmeraldas se enteró del gesto del novelista, que fue materia de más de un comentario gracioso y hasta burlón.
Entre los años 25 al 30 organizó y presidió un grupo de intelectuales formado por Gustavo Becerra. Ramón Chiriboga, Pedro Pablo Calderón, Arcelio Ramírez y otros más, a los que prestaba sus libros para que los leyeran e hicieran circular entre ellos una vez a la semana; los sábados de noche se reunían alrededor de una taza de café en el salón Chimborazo, para comentarlos. Estaba situado en el solar donde hoy se levanta el edificio del Banco del Pichincha.
Recibía dos litros diarios de leche que le mandaban de Tonzupa los víveres necesarios para su alimentación se los hacia llegar un hermano, pero él los distribuía generosamente entre el vecindario, reservándose solamente lo estrictamente necesario.
A más de su libro inédito titulado "Confesión", que obsequiara a su amigo Juan Antonio Checa y que hoy reposa en el Núcleo de Esmeraldas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, dejó los originales de un drama denominado "Demolición" —desaparecido— en versos octosílabos, así como un texto de Geografía Universal que arregló y corrigió a lo largo de su vida, sin que lo diera definitivamente por terminado.
En sus últimos tiempos vivió separado de su señora e hijos ya casados, habitando una casita muy modesta y de caña ubicada en el Malecón de Esmeraldas, propiedad de Donato Yanuzelli, a quien había vendido sus tierras cercanas a Atacames. Estaba retirado de todo oficio y negocio y en gran pobreza.
En 1936 y a solicitud del Ministro de Previsión Social escribió una pequeña biografía de Vargas Torres. A principios del 45 se agravó su condición general y entonces su pariente Auraleida Cortés Potocarrero, hija del Coronel Hermogenes Cortés Ramos, lo llevó a su casa de la calle Juan Montalvo, donde funcionaba la Sociedad Protectora de la Infancia, y como ella era enfermera graduada en Quito, lo mantuvo bajo su atención hasta que falleció de vejez, no de otra cosa, el 18 de Noviembre de 1945, a los 82 años de edad.
El Concejo Cantonal presidido por su ahijado César Nevil Estupiñán Bass le arregló una solemne Capilla Ardiente en el Palacio Municipal y numerosos oradores tomaron la palabra en el camposanto.
Era un patriarca, no solo por su ideología socialista y por su hoja de vida militar, sino también por sus buenas disposiciones y elevado trato social. Su estatura normal, tez blanca, ojos levemente celestes, pelo gris entrecano, hablar reposado y con mucha dignidad, contextura delgada, maneras corteses y afables, Hablaba perfectamente el inglés por haber estado tres o cuatro años en los Estados Unidos, gustaba cantar y silbar música de zarzuelas, cuyas letras conocía de memoria.
Autor de la biografía: El historiador ecuatoriano Rodolfo Pérez Pimentel.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Genealogía de la familia Centeno en el Ecuador
GENEALOGÍA DE LA FAMILIA CENTENO Este linaje es originario de Portugal, de donde pasó a España, sin que se conozca la fecha exacta, pero s...

-
ANTONIO GRANDA CENTENO. EMPRESARIO.- Nació en Calceta, Manabí, Ecuador el 2l de Febrero de l.911 y fueron sus padres legítimos el Dr. Aure...
-
Biografía de Delfína Torres De la Carrera. MADRE MARTIR DEL LIBERALISMO ECUATORIANO Nació en Esmeraldas, Ecuador en 1836. F...
-
Biografía del Coronel LUIS VARGAS TORRES. MARTIR.- Nació en Esmeraldas en 1.855 y fueron sus padres legítimos el comerciante Luis Vargas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario